Primero nació un fanzine, luego se organizaron los primeros conciertos y poco después se sembró la semilla de lo que se convertiría en uno de los festivales de metal más carismáticos del país. Todo esto empezó en Barroselas, un pequeño pueblo de Viana do Castelo, allá por los años 90 del siglo pasado, cuando la parroquia del interior del municipio todavía estaba fuera del radar de muchos de los que ahora la conocen. Para solidificar todas las actividades, realizadas por dos hermanos y un amigo que vivían en la localidad, se creó una asociación. Este colectivo creció, salió a otras zonas del país y amplió su radio de acción. Y desde hace unos años tiene un nuevo hogar en la tierra que lo vio nacer, en un espacio de trabajo que, cuando sea necesario, puede transformarse en sala de exposiciones o escenario de conciertos. NAAM – Centro de Apoyo a las Artes Musicales puso a Barroselas en el mapa y celebra sus 25 años con un calendario de eventos que se extenderá hasta finales del próximo año.
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