Al menos 20 personas murieron después de que el huracán Helene azotara el sureste de Estados Unidos como una peligrosa tormenta de categoría 4, antes de debilitarse a depresión tropical el viernes por la tarde.
Las muertes fueron reportadas en los medios estadounidenses en los estados de Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Florida. El gobernador de Georgia dijo que al menos 11 personas habían muerto en su estado.
Alrededor de 3 millones de personas se quedaron sin electricidad en esos estados y más allá, con casas destruidas y comunidades enteras inundadas.
Se temía que muchas personas pudieran quedar atrapadas bajo los edificios derrumbados y dañados. Muchas carreteras de la región eran intransitables.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que Helene tocó tierra en la costa oeste de Florida como huracán de categoría 4, la segunda categoría más alta, pero luego comenzó a perder fuerza.
El servicio había advertido de “inundaciones históricas y catastróficas” y el viernes en algunos lugares el agua alcanzaba unos cinco metros de altura. También hubo amenazas de deslizamientos de tierra debido a las fuertes lluvias.
Muchas víctimas murieron o resultaron heridas por la caída de árboles, mientras que otras murieron en sus automóviles. En Florida, una mujer se ahogó en su casa, informó CNN.
En Carolina del Norte, las autoridades advirtieron que una presa podría romperse e instaron a los residentes cercanos a trasladarse a un lugar seguro.
Después de azotar el sureste, comenzó a desplazarse sobre las montañas Apalaches y afectar estados como Tennessee y Virginia.
Helene ya había causado inundaciones y cortes de energía en Cuba mientras avanzaba hacia los EE. UU.
