El lechero Tevje y su canción “If I Ever Got Rich” se hicieron conocidos tras el estreno del musical “El violinista en el tejado” (Anatevka) en Broadway, el 22 de septiembre de 1964. No era previsible que un musical en yiddish (un lengua hablada por los judíos de Europa central y oriental, que mezcla elementos del alemán, el hebreo y las lenguas eslavas) podría convertirse en un éxito de público en Nueva York. Sin embargo, el Teatro Imperial de Broadway fue el escenario de una de las representaciones más aplaudidas de esta historia ambientada en la Rusia zarista.
Combinando una temática ambiciosa con un entretenimiento trepidante, típico de los musicales, el espectáculo cuenta la saga de la familia del lechero judío Tevje, que vive en Anatevka, Ucrania. El título original de la adaptación americana, basada en un cuento del escritor Scholem Aleichem, es El violinista en el tejado.
“Parece una locura, ¿no? Pero en nuestro pueblo de Anatevka es así. Cada uno de nosotros es un violinista en el tejado. Nos quedamos aquí porque Anatevka es nuestra patria. Y lo que aporta equilibrio a nuestra mente se puede resumir en una palabra: tradición”, explica el protagonista de la obra.
Sin embargo, es precisamente para mantener la tradición que surgen problemas en la vida del lechero Tevje. Como hombre religioso, cree que sus cinco hijas deberían seguir progresivamente el camino hacia el “refugio seguro” del matrimonio. Tevje, un hombre de pocos recursos, intenta, con la ayuda de su esposa, Golde, casar a su hija mayor con el carnicero Lazar Wolf, que es rico pero anciano.
Matrimonio de conveniencia
La pareja, que anhela un mínimo de brillo para su sencilla existencia mediante un matrimonio de conveniencia, se siente frustrada por la personalidad obstinada de su hija Zeitel, que se enamora del pobre sastre Mottel. Tevje, el padre, se compadece de la situación y luego intenta convencer a su esposa de que Zeitel sólo será feliz en compañía de Mottel.
Luego, la segunda hija del matrimonio se enamora del estudiante revolucionario Perchik, y decide seguirlo a Siberia, donde había sido desterrado a consecuencia de sus actividades políticas contra el régimen zarista. Después de meditar y rezar mucho, Tevje llega a un acuerdo: “Sé que no es una vergüenza ser pobre, pero tampoco es un honor. ¿Qué tiene de terrible tener una pequeña fortuna? Si fuera rico, ya no necesitaría trabajar”. “.
Sin embargo, hacerse rico sigue siendo una mera ilusión en la vida del lechero. Por si fuera poco, la tercera hija, Chava, va más allá de los límites de la tolerancia de Tevje al casarse con Christian Fedja. Extremadamente irritado por la “traición”, el judío ortodoxo rechaza cualquier posibilidad de reconciliación.
Bajo la presión política del zar, los judíos se ven obligados a abandonar el pueblo de Anatevka en busca de un nuevo lugar para vivir, como se relata en el melancólico final del programa. Desilusionado, Tevje emigra a Estados Unidos con Golde y sus dos hijas menores.
“Lo que quedó atrás: nada más que Anatevka, la feliz y trágica Anatevka. Shabat era tan hermoso allí. ¿Volveremos a ver alguna vez esta tranquila y obstinada Anatevka?”, pregunta Tevje entristecido.
Precisamente el destino de los emigrantes que huyeron de la Rusia zarista hacia el Nuevo Mundo, expresado a través de la existencia pesada y melancólica del lechero Tevje, condujo al éxito absoluto del musical en su debut en Broadway.
El espectáculo reflejó al mismo tiempo el destino de los judíos de Stedl, en la Rusia prerrevolucionaria, que huyeron a Estados Unidos, principalmente a Nueva York, a consecuencia de la persecución religiosa. Comenzaron a vivir allí, entre las tradiciones y reglas del Nuevo Mundo, continuando creyendo en las viejas costumbres, como eternos “violinistas en el tejado”.
