La coalición gobernante de Alemania está en crisis después de que el canciller Olaf Scholz despidiera a un ministro clave y dijera que convocaría un voto de confianza en su gobierno a principios del próximo año.
Scholz dijo que no confiaba en el Ministro de Finanzas, Christian Lindner, quien lidera un partido rival que ha sido parte de la coalición junto con los Socialdemócratas de Scholz y los Verdes.
Esta medida significa que el gobierno de Scholz ya no tiene mayoría en el parlamento. El voto de confianza podría conducir a elecciones anticipadas en marzo.
La coalición denominada “semáforo”, encabezada por la canciller, gobierna Alemania desde 2021.
Pero las tensiones internas habían estado aumentando durante semanas antes de estallar abiertamente el miércoles por la noche.
Scholz criticó duramente a su ex Ministro de Finanzas, diciendo que había “traicionado mi confianza” y acusándolo de anteponer los intereses de la base de su partido a los del país.
Añadió que Alemania necesitaba demostrar que otros países podían confiar en ella, particularmente después de la elección de Donald Trump.
La crisis dentro de la coalición sumió a la mayor economía de Europa en un caos político, horas después de que la elección de Trump desencadenara una profunda incertidumbre sobre el futuro de la economía y la seguridad del continente.
Cuando en 2021 se formó la coalición entre los socialdemócratas de centro izquierda de la canciller, los Verdes ambientalistas y el FDP económicamente liberal, cada partido planeó gastar mucho en sus propios grupos de interés centrales individuales.
Pero entonces Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, los precios de la energía se dispararon y Alemania se enfrentó repentinamente a un enorme y controvertido aumento del gasto en defensa… y al coste de acoger a 1,5 millones de refugiados ucranianos.
Ahora Alemania se enfrenta a su segundo año sin crecimiento económico. La perspectiva de una presidencia de Trump simplemente se suma a la sensación de urgencia de que Alemania necesita un gobierno y políticas fuertes para reactivar la economía.
Para el Canciller Scholz y sus socios verdes, la respuesta a la crisis es flexibilizar las normas constitucionales sobre la deuda pública para permitir un mayor gasto. Pero eso es algo a lo que el FDP de libre mercado se opone firmemente.
En cambio, Lindner quiere poner en marcha la economía recortando impuestos, pagados con recortes de los presupuestos sociales y de bienestar y retrasando los objetivos medioambientales.
El ministro de Economía, Robert Habeck, de los Verdes, dijo que el partido no abandonaría el gobierno y que sus ministros permanecerían en el cargo.
Scholz anunció que el 15 de enero se celebraría un voto de confianza en el parlamento alemán, el Bundestag. Si los parlamentarios rechazan al gobierno, el país celebraría nuevas elecciones en unas semanas, en lugar de la fecha prevista de septiembre.
La CDU está actualmente muy por delante en las encuestas. Los socialdemócratas de Scholz y el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania están empatados en el segundo lugar.