En noviembre de 2022, Portugal se encontró, por primera vez, en el blanco de un proceso de arbitraje internacional entre inversores y Estados. Dos fondos norteamericanos, a través de sus filiales en Mauricio, exigieron al Estado portugués una indemnización por las pérdidas derivadas del proceso de resolución del BES. Este caso se desarrolla fuera de los tribunales nacionales, a través de un mecanismo aún poco conocido en Portugal: el ISDS. [acrónimo inglês do sistema de resolução de litígios investidor-Estado].
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