El ferrocarril ha sido uno de los mayores fracasos del Estado portugués durante décadas.
“Ver pasar los trenes” es la expresión que utilizamos para describir la pérdida de oportunidades, la desesperación de quedarnos atrás mientras el objeto de nuestro deseo desaparece en el horizonte. Se trata de una expresión idiomática claramente desfasada, pues para que tenga sentido es necesario que pasen trenes. Pues en Portugal no pasan, o sólo un poco. A veces porque uno de los 15 sindicatos del CP está en huelga; otras veces porque la línea cerró por construcción hace años.
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