Cuando hace dos décadas se decía que Portugal nunca sería un país de vinos blancos, todavía había quienes, a pesar de todo, apoyaban la idea. nariz tesis similar, pero, en el caso de los rosados, la unanimidad se selló con cinco frases: “el rosado no es vino”, “el rosado es un vino de señoras”, “el rosado es muy dulce”, el rosado no es ni pescado ni carne” o “el vino es tinto y el resto son palabras”.
Aunque hay muchos consumidores que todavía piden chistes, lo cierto es que hoy en día se elaboran rosados con una calidad inmensa y –lo que es más importante– con perfiles diferentes. Sí, hay rosados concentrados y hay rosados ligeros; hay rosados llenos de color y hay rosados casi secos. Y, por supuesto, los rosados con dulzura y efervescencia que se venden a gran escala. Que nadie se quede sin su rosado.
Ahora bien, el rosado que cayó como una piedra al estanque fue, hace 16 años, Rosé Moscatel Roxo – Colección Privada Domingos Soares Franco (José Maria da Fonseca). Al principio lo miraron con recelo porque nunca antes había visto ni probado un rosado. seco hecho con un complicado dulce, pero, en aras del cambio, también prevaleció aquí la vieja historia de “primero te resulta extraño y luego te acostumbras”. Entonces, el hecho de que el vino fuera utilizado como cartel en algunas ediciones del tardío festival Peixe de Lisboa fue su mejor plataforma de lanzamiento.
Utilizada exclusivamente para la elaboración de vinos dulces, la variedad Moscatel Roxo estaba, en la península de Setúbal, al borde de la extinción porque, como las uvas maduran muy temprano, los pájaros las recolectaban a gran velocidad antes de que los propietarios llegaran a los viñedos. Entonces, los arrancaron y los reemplazaron con otras variedades que eran más precisas y menos del gusto de la multitud.
Quien revirtió este escenario fue el alma inquieta de Domingos Soares Franco, quien a lo largo de su vida convirtió la bodega en un laboratorio (con mayor o menor éxito, como suele ser habitual). El enólogo se dio cuenta de que los aromas de flores y frutas exóticas y una textura en boca que podía ser más seca podían dar lugar a un vino fuera de lo común y destinado a una variedad de cocinas, con énfasis en la japonesa y la india. La suavidad del rosado combina bien con la delicadeza del primero; su dulzor calma los sabores especiados de este último.
Pero lo extraordinario de este vino es su consistencia y versatilidad. Le gustan los platos complejos y salados, además de los postres, sin mencionar la brillantez que hace al recibir a los amigos en casa. Si esto es raro en cualquier vino, en un rosado es una hazaña.
Nombre Moscatel Roxo Colección Privada Domingos Soares Franco 2023
Productor José María da Fonseca
Castas Moscatel Morado
Región Península de Setúbal
Grado alcohólico 12,5% vol.
Precio (euros) 14
Puntuación 92
Autor Edgardo Pacheco
Resultados de la prueba Con tonos entre rosado y salmón, es un vino de gran expresión aromática, donde destacan los aromas de jazmín, lichi y rosas. En boca destacable equilibrio entre dulzor, acidez, alcohol y volumen. Fresca, desafiante y perfecta para estos días de calor.
Origen
Tipo Rosa
designativo
De nuevo 2023
Características Balance
Armonización Sushi;